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Permeabilidad de los sillares de piedra

En la perspectiva de la geosemántica social se entiende por territorio la suma de un  sentido o significado a un lugar, cuya definición valida una comunidad. Cuando se plantea como objetivo la Integración de un museo en la vida de la comunidad, nos encontramos ante nuevos desafíos en nuevos contextos. Los intercambios reales y simbólicos entre el museo y la comunidad en la que este se ubica y con la que interactúa, serán la clave del éxito de esta integración.  El diseño de actividades que propicien este intercambio, se refiere entre otras, a las actividades que han sido diseñadas para filtrarse por sus paredes,  proponiendo  contenidos y acciones que excedan su resistencia y derramen – en una sociedad donde impera lo líquido- hacia afuera.

 

Sin facilismos, e intentando siempre plasmar el discurso en la praxis, en el Cabildo se desarrollan en este sentido tres líneas de acción, que implican:

- implementar actividades educativas innovadoras que propicien la reflexión, la integración y la convivencia social, mediante una propuesta educativa atractiva y universalizada.

-   sostener una política de conservación preventiva del acervo, atendiendo las urgencias y necesidades de las piezas que lo conforman, atendiendo especialmente los requerimientos de la propuesta museográfica, la que plantea espacios dialógicos y curadurías que visibilicen conflictos y generen conocimiento acerca de las narrativas históricas que hacen a la construcción de nuestra identidad.

-  diseñar estrategias, acciones y convocatorias que propicien  respuestas emocionales en los visitantes para que estos empaticen  y se identifiquen con  los contenidos del museo y sus propuestas curatoriales.

 

Se trata de una redefinición del  museo, de sus objetivos, su rol en la comunidad  y su potencial como entidad transformadora en la vida cotidiana de las personas, democratizando el acceso a la cultura y favoreciendo con estas acciones el disfrute, pero también la reflexión y el cambio.

 

La sociedad del conocimiento redefine cual es el conocimiento “socialmente válido”; ¿cuándo se aprende? ¿dónde? ¿quiénes enseñan?. La consigna actual es aprendizaje para todos a lo largo de toda la vida, lo que nos lleva a una especie de desescolarización de la educación, propiciando el desarrollo de sistemas de enseñanza en contextos diversos, como lo son Museos y otros espacios culturales, optimizando su posicionamiento  como espacios integradores.

 

Trabajar desde esta modalidad habilita posibilidades para el logro de cambios, propiciando el disfrute de las actividades planteadas y generando un espacio de encuentro que dinamice la interacción entre los ámbitos educativos, culturales y artísticos de la ciudad de Montevideo.

Todo ello conforma un eslabón más,  en el objetivo que se plantea el museo, de generar espacios dialógicos  con las distintas piezas del acervo, presentando proyectos expositivos de interés, sean estos permanentes o temporales.

 

Pero, qué es coleccionable y que no? Qué representa a la gente y qué no? Cuál es el sentido de las colecciones? Con qué criterios y paradigmas se han conformado las colecciones de los museos? Qué significan las ausencias, los casilleros vacíos en la construcción de las narrativas históricas?. Qué dicen los objetos por sí solos?. Qué objetos guardamos para el futuro? Los que representan los intereses de qué clases sociales? Qué valoramos nosotros? Qué queremos preservar? Nuestra historia familiar es un valor?.

 

Los objetos representan las relaciones humanas, los conflictos, los entrecruzamientos Habrá que pensar en las rutas que debe dibujar una curaduría para propiciar la conexión entre las exposiciones y el público al que van dirigidas,  mediante un relato que lo involucre,  que genere reflexión, conocimiento, sentimiento, experiencia, vínculo, empatía.

 

Se deberán presentar narrativas,  visibilizar conflictos que conecten nuestro pasado con el presente.  Ir entre bastidores para develar las ideologías profundamente arraigadas en las colecciones. Explorar el material histórico de los almacenes para estudiar su potencial expositivo, su poética dentro de las cambiantes políticas del mundo contemporáneo.

 

Hoy, con varios proyectos que han plasmado en el Cabildo, la idea del espacio dialógico, con curadurías que revisan o enfocan desde otros lugares las narrativas históricas, proponiendo nuevas lecturas a partir del análisis y la relación entre imagen, palabra y piezas del acervo y con el afán de echar luz, de buscar y completar huecos en los relatos, nos animamos a convocar a la comunidad, a hacerla partícipe de las propuestas expositivas.

 

En el marco del proyecto El Legado (In) visible  de la artista Alejandra González Soca, cuya intención se centra en la representación histórica de lo femenino, se invitó a la comunidad a ser protagonista, a formar parte del proyecto.

 

En cada familia hay rastros de legados, buscamos rescatar aquellos que provienen de la intimidad, la tradición o la cotidianeidad e integrarlos a la instalación como forma de visibilizar representaciones diversas. El legado invisible pone el foco,  en aquellos elementos femeninos que pasaron de generación en generación, incluyendo los que se corresponden con un  legado íntimo y muchas veces intangible. Tejidos, canciones, recetas, rituales, cartas, son el soporte,  la memoria de la comunidad. Quizá también los huecos, los vacíos, las pistas que ayuden a comprender la construcción de “lo femenino” en el imaginario colectivo, a entender discursos, comprender violencias y develar sinrazones.

 

Lic. Rosana Carrete

Directora

Museo Histórico Cabildo

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